IMAGINACIÓN

Todas las noches cuando leo las pocas páginas que me permite el sueño y al día siguiente tengo que retomar la lectura prácticamente en el mismo punto, porque no soy lectora nocturna; pienso la suerte que tienen todos aquellos que les leen, los niños, los abuelos, los enamorados.... y,  a propósito de esto, llego a la conclusión de lo fácil que es imaginar para los más pequeños, pues la noche pasada, charlando sobre el lugar donde hemos disfrutado de parte de nuestras vacaciones, entre todos hemos hecho una pequeña descripción que bien podía ser el comienzo de un cuento. Lo traslado, por si alguno de vosotros queréis pasar unos días en este paraje y continuar la historia.

El crujir de las ramas de los árboles, el susurro del riachuelo a su paso por el Molino Alto de la Rovirota (Riudaura), el rebuznar de los burritos a primera hora de la mañana, logran que merezca la pena despertarse cada día, porque  abrir la ventana y respirar tranquilidad espiando los sonidos de la naturaleza y descubriendo los colores del monte activan la sonrisa en tu rostro, recargan el optimismo y te animan  a seguir disfrutando. Porque allí , tanto los niños como nosotros recuperamos  la libertad reprimida durante todo el año, no hay ataduras. Ellos saltando en la cama elástica, corriendo, nadando y socializándose son libres y nosotros leyendo el periódico, disfrutando de la conversación y paladeando una llonganitsa o una galleta  de Camprodón la alcanzamos en instantes. OS ANIMO A CONTINUAR Y.... CREAR.