sábado, 17 de septiembre de 2011

CUENTOS DE ABUELAS. TRADICIÓN ORAL

Curioso, pero siempre recordamos cuando aprendimos a montar en bicicleta, nuestro primer día en el colegio, el día que comimos aquel helado de chocolate tan rico y nos ensuciamos el traje de los domingos, nuestros primeros pasos y una lista interminable de recuerdos que nos trasladan nostalgicamente a la infancia; pero alguno de nosotros recuerda  ¿Cuál fue el cuento que queríamos que nos leyesen todas las noches antes de dormirnos?

Desde esta mini-sección quiero rendir un homenaje a nuestras abuelas. Gracias a ellas, generación tras generación  se han mantenido muchos de los cuentos que hoy emocionados contamos a nuestros hijos, otros se han perdido y algunos olvidado; os animo a que entre todos recuperemos fábulas, sabias moralejas, leyendas.... y volvamos a sentir la ilusión de dormirnos con esa historia que embelesados nos hacía despedir el día.


Comenzaremos con las abuelitas de casa:



                     GARBANCITO


En un país lejano vivía una familia con un hijo tan diminuto que
lo llamaron Garbancito.
Un día tuvo que llevar la comida a su padre  al campo y su madre le dijo:
-ve cantando esta canción y así nadie te pisará:
pachín , pachín , pachín mucho cuidado con lo que hacéis, pachín, pachín, a Garbancito no piséis.
Y así fue todo el camino, hasta que derrotado por el frío y el cansancio, se metió en una col, pero lamentablemente un novillo se la comió. Garbancito aterrorizado llamaba a su padre y este a lo lejos escuchaba los lamentos de su hijo que decían:
- ¡Padre sáqueme de aquí!, y su padre contestaba:
-Hijito, ¿cómo lo puedo hacer?
-Mate usted al novillo y yo sacaré para veinticinco.
Su padre obedeció, pero al día siguiente cuando las lavanderas limpiaban las tripas del novillo, Garbancito no aparecía, se había quedado atrapado entre las zarzas y en el intento de salir, escuchó  a unos ladrones que decían:
-          esto para ti, esto para mi, entonces Garbancito dijo:
-          ¡¡¡Y esto para mi!!!
Los ladrones miraron a todos lados y al no ver nada huyeron corriendo y Garbancito cogió el botín y pudo comprar los novillos que había prometido a su padre.  


Pilar Blanco.


PEPÓN, EL LISTILLO 
Pepón, todos los días al volver del cole decía: ¡ Mamá, diez en matemáticas! Diez en lengua! Diez en historia! Hasta que llegaron los exámenes de fin de curso. Todos los chavales pensaron:
“Seguro que Pepón saca matrícula de honor en todas las asignaturas”. Pero en las listas apareció suspenso en todas .  ¡Diez ceros le pusieron a Pepón!!
Aquella noche su madre le llamó y preguntó:  “Pero vamos a ver Pepón, ¿no sacabas diez en todas las asignaturas durante el curso? ¿Cómo que ahora tienes cero en todas las finales?”
“¡Pues muy fácil , mamá!, contestó Pepón, “porque en estos exámenes no se sentó a mi lado Pepín, que es al que siempre copiaba los ejercicios!”.
El padre de Pepón le reprendió con estas palabras: “¡Pues a partir de ahora serás Pepón, el SINVERGONZÓN!”
Cefe Sánchez.