Si ya es difícil comprar un libro habitualmente, en los tiempos que corren resulta tarea imposible, de ahí que esta semana me lance con el tema del intercambio de libros, entre amigos, compañeros, vecinos.... e incluso entre niños que apenas se conocen.
Con el trueque contribuimos a que los niños accedan de manera sencilla y garantizada no solo a la lectura, sino también a los libros que les interesan. Es una herramienta muy útil y práctica, ya que dejaremos de acumular libros en las estanterías que no se leen y siempre que hagamos cambalache, contaremos con el efecto SORPRESA, porque es posible que encontremos algo mejor de los que esperábamos.
Con este pequeño "trapicheo" damos una oportunidad a los niños para socializarse mejor, compartir, respetar y cuidar lo que les dejan los demás, es una biblioteca ambulante sin carnet,con la ventaja de poder hacer una puesta en común sobre la lectura y la diversidad de opiniones en torno a ella.
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