Después de varias semanas recomendando libros, esta vez me atrevo con pequeños trucos que pueden enriquecer bastante las lecturas de nuestros hijos y sobre todo, reforzar los lazos emocionales, porque son unos momentos tan intensos que... merece la pena ganar quince minutos al día y no pensar que los estamos perdiendo.
Las pautas que suelo seguir para que los demás disfruten de una buena lectura (siempre dependerá de nosotros) son las siguientes:
1.- Elegir un buen momento, el mejor, la noche. Es ideal para que tengan lugar las confesiones del día y además saquemos partido a la actividad escolar.
2.- Condición indispensable: No atender llamadas de teléfono insignificantes que rompan y alteren el ritmo de la lectura consiguiendo que el niño se duerma con nuestra conversación y no con su elección.
3.- Utilizar una entonación suave y cálida y no dejarnosd llevar por el estado de ánimo que nos invada., el tono de nuestra voz, les aportará seguridad.
4.- En ocasiones, el que un hermano mayor haga las veces de lector, les motiva sobremanera , ya que para los más pequeños, son un ejemplo a seguir.
5.- Resolverles las dudas de vocabulario desconocido con definiciones cortas y concisas.
6.- No forzales a un tipo de lectura, dejarles elegir.
7.- No solo será un momento de relax para ellos, también lo será para nosotros.